Con un optimismo indisimulable, el gobierno de Javier Milei y sus aliados de Pro siguieron la jornada de elecciones en Venezuela con la convicción de asistir a la histórica derrota del chavismo, uno de los enemigos ideológicos y políticos del presidente libertario. En conjunto con otros siete países de la región, la Argentina le pidió al gobierno de Maduro “garantías” de que los resultados electorales “serán respetados”. Pasadas las 23, cuando todavía no había información oficial del escrutinio, la canciller Diana Mondino proclamó la derrota de Maduro y de la “dictadura chavista” por una diferencia “abrumadora” de votos. “No hay fraude ni violencia que oculte la realidad”, insistió.
Desde el mediodía, distintos funcionarios y referentes de esos dos espacios –aquí sí, hermanados por el rechazo a Nicolás Maduro– dieron respaldo directo a la oposición, nucleada en torno a la candidatura del diplomático Edmundo González Urrutia, con el decisivo respaldo de la líder María Corina Machado. La certeza de una “mayoría” en favor de la oposición al chavismo se combinaba con dudas sobre si el régimen que gobierna Venezuela desde 1998 aceptaría un resultado adverso.
“Todos invitados a esperar los resultados frente a la embajada de Venezuela. ¡Fuerza, que hay luz al final del túnel!!”, tuiteó la canciller Diana Mondino, junto a una foto suya en medio de la multitud que acompañó a los representantes de la oposición venezolana a un acto, en la plaza Seeber.
Un rato antes, Mondino había expresado esas dudas generales sobre la reacción de Maduro ante una eventual y sonora derrota. “Esperemos que la jornada de votación termine en paz en Venezuela. Qué triste sería tener que denunciar violación de las leyes nacionales e internacionales por parte del régimen de Maduro! El mundo está mirando Digamos BASTA!! a los atropellos. Venezuela merece un futuro sin violencia y con crecimiento”, tuiteó la canciller, alineada con la postura de Milei contra Maduro.
Pasadas las 21, y fruto de la negociación diplomática, la Argentina y un grupo de países (inicialmente Costa Rica, Ecuador, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay, luego se sumó República Dominicana) pidieron garantías al gobierno venezolano. “Seguimos de cerca los acontecimientos en Venezuela y consideramos indispensable que se cuente con garantías de que los resultados electorales respetarán a cabalidad la voluntad popular expresada por el pueblo venezolano en las urnas. Eso solo podrá conseguirse mediante un conteo de los votos transparente, que permita la verificación y control de veedores y delegados de todos los candidatos”.
Desde la cancillería argentina explicaron que “a alto nivel existen contactos y coordinación entre países afines que comparten igual interés y preocupación”, sobre el proceso electoral de Venezuela. Sin decirlo, excluyeron de esa lista a Brasil, Colombia o Chile, con gobiernos de centroizquierda y miradas divergentes (en el último caso, críticas) sobre Maduro y el proceso chavista.
Luego de una jornada sin pronunciarse sobre las elecciones (por la mañana dio su discurso en la Sociedad Rural), Milei retuiteó pasadas las 19 una fotografía de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, sentada en una computadora y “siguiendo minuto a minuto de la elección en Venezuela”, según explicó en ese posteo el joven dirigente de la Fundación Libertad, Agustín Antonetti.
Pasadas las 23, la canciller Diana Mondino proclamó la derrota de Maduro y de la “dictadura chavista” por una diferencia “abrumadora” de votos. La representante del gobierno de Javier Milei ante la comunidad internacional apeló a su cuenta de X, donde escribió: “Maduro: RECONOZCA LA DERROTA [sic]. La diferencia de votos en contra de la dictadura chavista es abrumadora. Perdieron en todos los estados por más de 35%. No hay fraude ni violencia que oculte la realidad”.
El expresidente Mauricio Macri, por su parte, acudió a las redes sociales para enviar un mensaje a la “dictadura” chavista, a Maduro, las Fuerzas Armadas venezolanas y los países de la región. “La mayoría de los venezolanos hablaron fuerte y claro: Maduro debe dejar el poder. Ahora las Fuerzas Armadas de Venezuela tienen la oportunidad de ponerse del lado correcto de la historia y garantizar que se respete la voluntad del pueblo”, escribió el titular de Pro en su cuenta de X, para completar: “Llamamos a la comunidad internacional, y en especial a los países de la región que deben velar por el compromiso con la democracia, a no permitir que esta dictadura se perpetúe en el tiempo”.
Durante el acto en plaza Seeber, cerca de la embajada de Venezuela y organizado por el diputado opositor Richard Blanco y la dirigente Elisa Trotta, hablaron, además de Mondino, la diputada Silvana Giudici y la ministra Bullrich, quien se hizo eco de versiones en redes sociales que hablaban de una hipotética “toma” de la embajada argentina en Caracas (donde se encuentran asilados seis dirigentes cercanos a Machado) por parte de fuerzas chavistas.
“¡Que no se les ocurra entrar a territorio argentino!”, bramó Bullrich, micrófono en mano y ante la ovación general, y pronosticó que “al régimen de Maduro le queda una hora y media”. Confiada, Bullrich prometió a la multitud: “Los vamos a acompañar con orgullo al aeropuerto a que vuelvan al país. Sabemos que vamos a triunfar”, exclamó la ministra del gobierno libertario. La escuchaban también el ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff, los diputados Fernando Iglesias (Pro) y Maximiliano Ferraro (CC-ARI), entre otros. A pocas cuadras, el ministro de Defensa, Luis Petri, saludó a los venezolanos en las inmediaciones de la sede de la embajada de Venezuela en Buenos Aires.
Le contestó, minutos después, Stella Marina Lugo, encargada de Negocios de Venezuela en Buenos Aires. “Denuncio contundentemente las irresponsables acciones injerencistas y el asedio a nuestra embajada en Buenos Aires. @PatoBullrich«>@PatoBullrich viola los convenios internacionales e incita al odio y a la violencia. La hago responsable de cualquier agresión contra nuestra embajada, nuestro personal diplomático, local y de los integrantes de las mesas electorales que aún se encuentran en la embajada. Hoy hicimos una hermosa jornada electoral y usted pretende enturbiarla”, escribió la funcionaria chavista, cuando aún no había indicios concretos sobre el resultado final.
Mientras el Presidente y sus voceros se mantenían en silencio, fuentes diplomáticas recordaban que el sistema electoral venezolano exige un 51% de votos escrutados para brindar la primera información. “Si bien el sistema electrónico acelera el conteo, determinar la tendencia irreversible suele demorar”, expresaron desde el Palacio San Martín, donde no esperaban novedades hasta después de las 22.