“Lo voy a decir. Me rompe soberanamente las bolas. ¡Por qué carajo Victoria Villarruel no saltó!”. Enojada, volcánica, con el rictus furioso, la diputada nacional Lilia Lemoine salió al cruce del silencio de la vicepresidenta Victoria Villarruel, tras la polémica que se desató por la visita de seis diputados libertarios a Alfredo Astiz y un grupo de represores condenados por delitos de lesa humanidad en la cárcel de Ezeiza.
Lemoine, una de las principales voceras de la gestión Milei, dentro y fuera del parlamento, dejó salir su bronca contra la vice en su programa #NoLaVen, en LaRz Radio, que comparte con la diputada cordobesa María Celeste Ponce, todos los viernes. Allí, donde también cuestionó a Marcela Pagano y otras de sus compañeras de bloque, despotricó contra Villarruel.
“Fue su leit motiv de campaña, a mi me están rompiendo las bolas en los medios por algo que yo no hice. Yo ni en pedo iría a visitar a Astiz, ni en pedo hubiera hecho eso. Yo creo que los diputados tienen derecho de ir a visitar un penal, tiene derecho de formar un grupo de amistad con Rusia, como hizo Pagano, tienen derecho a hacer lo que quieran”, se despachó al aire Lemoine.
Enseguida despegó a Milei y sus seguidores de la agenda de trabajo de algunos de sus compañeros de bloque para liberar a los represores condenados por delitos de lesa humanidad a través de cárcel domiciliaria. “No es el leit motiv de los libertarios, nosotros estamos preocupados por la pobreza, por la inflación, por la inseguridad, porque aparezca Loan, a que no haya violadores sueltos en la calle…”, enumeró Lemoine.
Enseguida, la especialista en sistemas y cosplayer volvió a embestir contra la vice. “Un grupo de diputados que le responden a Victoria Villarruel fueron a visitar a Astiz, y qué dice Victoria al respecto… ¿Dijo algo? Porque yo no la vi pronunciarse”, soltó.
“Yo esperaba una explicación de Victoria. A mi durante la campaña me rociaron con nafta, unos anarquistas chiflados, que son los mismos que fueron a ponerle una bomba a Ramón Falcón y les explotó en la mano (…) Yo estaba trabajando, tenía que ir a la legislatura y me tiraron con nafta unos enfermos que tenían bombas molotov, que no era para mí, eran para Victoria, claramente, y yo esperaba que Victoria me dijera, “che, estas bien? Pasó algo?” Y nada, ni una palabra”, recordó sobre el violento episodio que sufrió el 4 de septiembre de 2023.
Lilia Lemoine, luego de ser rociada con nafta en el ingreso a un acto de Victoria Villarruel en septiembre de 2023. Foto Reuters.Ese día, Villarruel encabezó en la legislatura un “homenaje a las víctimas del terrorismo”, así lo llamó, en su rol de fundadora del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas. Hubo protestas en la puerta de la legislatura, violencia entre manifestantes y la policía y Lemoine terminó siendo rociada con nafta. “Las víctimas del terrorismo fueron desaparecidas de la memoria”, dijo la entonces diputada en aquel acto. “Están hace más de 40 años sufriendo el dolor más indecible que es que tu propio país te niegue”.
Lemoine recordó aquel episodio para cuestionar el silencio de la vicepresidenta. “Y ahora cuando pasa esto, digo, pará un cacho, yo me tengo que comer todos los golpes por la ideología de otro, que encima no responde”, la cuestionó.
“Perdón estoy enojada. No tiene que ocultarse. Cuando me rociaron con nafta ella no se solidarizo conmigo y fueron los terroristas, entonces, digo wow, qué cosa. No quiero hablar más del tema, estoy podrida del tema, pero me gustaría que ella lo diga”, la interpeló.
Lemoine es una de las colaboradoras más cercanas de Javier Milei. En las lista de ingresos a la Quinta de Olivos es una de las dirigentes libertarias que más ingresos tiene al Chalet Presidencial y aún sigue maquillando y peinando al Jefe de Estado para eventos importantes y en la previa de sus giras al exterior.
¿Por qué le reclama un pronunciamiento a Villarruel? Es porque la vicepresidenta milita hace casi 20 años por la reparación para las los familiares de las víctimas de Montoneros y otras organizaciones armadas de los 70′. Además, porque entre los diputados que motorizaron la reunión con represores en el penal de Ezeiza figura Guillermo Montenegro, excolaborador de Villarruel, que hasta enero formó parte de los equipos técnicos de la presidenta del Senado, pero de quien se distanció por diferencias en la gestión, al punto de no tener contactos desde entonces.
Karina Milei saluda a Victoria Villarruel en La Rural. A su lado, Bartolomé Abdala, que esta semana habló de un posible indulto a militares. Foto AP.Cerca de la vicepresidenta afirman que la vice no sabía del encuentro con Astiz y otros represores. «No estaba al tanto del tema ni por asomo. Nos enteramos por los medios», deslizaron a Clarín.
La postura de Villarruel en torno a la situación de los militares presos por delitos de lesa humanidad es conocida. Fue uno de los temas calientes que se tocó en un debate de candidatos a vices durante la última campaña que organizó el canal TN. Allí, tuvo un cruce con Agustín Rossi, que acompañaba a Sergio Massa en la boleta de Unión por la Patria, que le recriminó sus reuniones con Jorge Rafael Videla en la cárcel.
“Cuando me reuní con algunas de las personas que han sido condenadas o imputadas por lesa humanidad, lo hice porque estaba investigando para un libro. También me reuní con montoneros, a los cuales les di la confidencialidad que debía para que ellos me contaran los crímenes que habían cometido en las organizaciones armadas que integraban. Lo que hice es plenamente legal, te permite conocer la historia. Necesito escuchar a sus protagonistas, me caigan bien o no, para conocer lo que pasó”, argumentó.
“No te creo nada. Yo creo que vos en el fondo reivindicás la dictadura. Nunca te escuché una crítica a la dictadura, a la tortura, o al robo de bebés. ¿Sabés a quién me hacés acordar? A Astiz. ¿Viste que Astiz se infiltró en las organizaciones de las Madres? Vos sos una infiltrada de la democracia. Vos no creés en la democracia”, le respondió el exministro de Defensa y jefe de Gabinete de Alberto Fernández.
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El día que Agustín Rossi se cruzó con Villarruell por sus visitas a condenados de lesa humanidad.
Grupos de WhatsApp al desnudo y proyectos de «indulto»
Las acusaciones de Lemoine contra Villarruel apuntan a la visita que un grupo de seis diputados libertarios realizaron a la Unidad 31 del penal de Ezeiza el pasado 11 de julio. Allí fueron los diputados mileistas Beltrán Benedit, María Fernanda Araujo, Guillermo Montenegro, Alida Ferreyra, Rocio Bonacci y Lourdes Arrieta.
Luego de la difusión de la visita, Arrieta y Bonacci salieron a intentar despegarse del tema. Ambas dijeron que fueron engañadas para ir a ver a la cárcel a represores. Bonacci es la única que no aparece en la foto de familia que se tomó en el encuentro. «La actividad originalmente no era reunirse con genocidas, entonces no participe de la charla ni de nada», dijo Bonacci a Clarín.
La foto de los diputados libertarios con los represores condenados por delitos de lesa humanidad en la cárcel de Ezeiza el 11 de julio pasado.Arrieta, que sale en el centro de la imagen que reveló este diario el miércoles, en la que se la ve sonriente junto a militares condenados por lesa humanidad, apuntó directamente contra Beltrán Benedit, de Entre Ríos, al que consignó como el organizador del tour penitenciario. La mendocina fue más allá y denunció ante la Justicia que fue amenazada por salir a hablar.
«Estuve y hablé con Astiz. Yo no viví en esa época, nací en 1993 y no tengo ni idea de quiénes eran los personajes de esa época, la verdad es que vi internos de 80 años y yo no sabía los nombres, las caras y no tenía ni idea”, contó al romper el silencio.
La visita fue organizada por el padre Javier Ravasi, un religioso, influencer de derecha en redes, hijo del represor Jorge Antonio Olivera, condenado por delitos de lesa humanidad cometidos en San Juan durante la última dictadura. Los detalles operativos para ver a los genocidas se orquestó a través de diferentes grupos de WhatsApp con compartieron libertarios, Ravasi y un grupo de abogados que militan a favor de la libertad de los condenados por lesa humanidad.
Los abogados en cuestión son Ricardo Saint Jean, hijo de Ibérico Sain Jean, exgobernador bonaerense de la dictadura, y presidente de la Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia; María Laura Olea, hija de Enrique Braulio Oléa, ex jefe del Batallón de Ingenieros donde funcionó el centro clandestino de detención “La Escuelita”, en Neuquén, condenado a perpetua; y Eduardo Riggi, ex juez acusado de cajonear causas por crímenes de lesa humanidad.
En esos grupos de WhatsApp, cuyos chats aportó Arrieta a la Justicia, aparecen los seis libertarios que participaron de la visita a Ezeiza, pero también figuran sumados otros integrantes del bloque de La Libertad Avanza: María Celeste Ponce (Córdoba), Carlos Zapata (Salta), María Emilia Orozco (Salta) Santiago Santurio (Provincia de Buenos Aires), Gerardo Huesen (Tucumán), Nicolás Mayoraz (Santa Fe), y la propia Lilia Lemoine.
Arrieta con el Nunca Más en la sesión del miércoles; Benedit el apuntado en su denuncia por la visita a represores que se organizó por WhatsApp.Ninguno de estos últimos registra actividad en las 150 páginas de intercambios de mensajes que tiene en sus manos el juez federal Ernesto Kreplak, del juzgados N°2 de Lomas de Zamora, que el jueves abrió una causa.
En esos chats también aparecen un decreto para dejar en libertad a los condenados. La idea de algunos libertarios era acercárselo a Karina Milei para que lo firmé el Presidente. También se debate un proyecto de ley llamado «derecho a ser juzgado en un plazo razonable», que propone que transcurridos 20 años sin condena firme se extinga la acción penal contra los represores, aún en casos de lesa humanidad.
En otras palabras, acciones que de ser aprobadas, ya sea por Milei como por el Congreso, funcionarían como una suerte de indulto, pero con otro nombre.
En las últimas horas, esa palabra volvió a cobrar fuerza en el Senado de la Nación. Bartolomé Abdala, presidente provisional de la Cámara Alta, dijo que abrazaba los indultos que promovió Carlos Menem en su momento. La pronunció al despegarse de la foto de libertarios con genocidas. «A mi nunca me invitaron a esa visita. Si me hubiera invitado no hubiera ido», le dijo a la radio AM750.
«Dentro del contexto en el que está Argentina, me parece importante. Es un tema que no ha cicatrizado. Tenemos mucha historia en esto. Desde la ley de Alfonsín, el indulto de Menem, vino otro gobierno que desarrolló una política de los Derechos Humanos que dio una sola mirada», manifestó el senador de San Luis.
