Alberto Fernández también fue «cancelado» por el Grupo de Puebla, y sus amigos en la izquierda internacional se llamaron a silencio

En el contexto de una causa por presunto tráfico de influencias cuando ejercía el poder, de la comisión de posibles delitos vinculados a violencia de género contra su ex pareja, y de la aparición de los videos de tono sexual auto-filmados en la Casa Rosada, Alberto Fernández experimenta una fuerte condena social y la «cancelación» institucional que suele tener lugar ante escándalos a gran escala y actos de posibles delitos.

El llamado Grupo de Puebla, el foro de la izquierda regional que Alberto Fernández acompañó desde sus inicios, y con el que sostuvo a nivel internacional una bandera de progresismo, también le soltó la mano en estas horas de caída en desgracia. Fernández incluso quedó fuertemente vinculado a este espacio tras dejar la presidencia en diciembre de 2023, y con él hizo varios viajes por la región.

Por otra parte, también sus amigos iberoamericanos se llamaron a silencio. Si en otra oportunidad, como cuando se trataba de las causas judiciales contra Cristina Kirchner hablaban de lawfare o denunciaban que Alberto Fernández era «víctima de las corporaciones mediáticas» con intenciones de arrinconarlo, ahora no dijeron ni una palabra.

Ante un posible delito de violencia de género que denuncia Fabiola Yánez contra Fernández , tanto Pedro Sánchez, desde España; como Lula da Silva, de Brasil; Andrés Manuel López Obrador, de México; Luis Arce y Evo Morales, de Bolivia se llamaron a silencio.

Ni una palabra. Alberto Fernández se ha quedado solo y, según pudo saber Clarín de fuentes regionales, impera “dolor y “estupor”, “dudas” sobre la totalidad de los testimonios que incluyen al entorno de la ex pareja, pero nadie se mete. Tampoco habló ni salió a defenderlo o a criticarlo quien se consideraba su “canciller” en el exterior y no se le separaba en la campaña electoral y en los inicios de su gobierno: el ex candidato a presidente de Chile Marco Enriquez Ominami, con quien compartía la agenda del Grupo de Puebla. Clarín le hizo unas preguntas por WhatsApp a Ominami, pero no respondió por ahora.

“Desde el Grupo de Puebla condenamos enérgicamente cualquier forma de violencia de género. La reciente denuncia en contra del expresidente de Argentina, Alberto Fernández, nos sorprende y conmociona por su gravedad. Consideramos estas conductas no solo repudiables e inaceptables, sino completamente contrarias a los valores fundamentales del progresismo”, comienza el comunicado del Grupo emitido en las últimas horas.

Agregan: “Esperamos que la justicia actúe con celeridad, transparencia, esclarezca los hechos y se otorguen todas garantías al debido proceso para las partes. Hemos decidido aceptar la solicitud de Alberto Fernández de suspender su participación en el Grupo de Puebla”.

Y remataron con una fuerte incomodidad porque lo que ocurre a uno de sus miembros con más protagonismo es exactamente lo contrario a lo que pregonan: “Reiteramos nuestra convicción y compromiso en la lucha por la igualdad de género en toda Iberoamérica.”

Aunque el texto se tomó la delicadeza de decir que fue por pedido del ex mandatario, se sabe que fue una forma elegante de apartarlo.

Alberto Fernández planeó una carrera al frente de un organismo internacional incluso desde antes de que en 2023 Cristina Kirchner y Sergio Massa abortaran su intento de ser reelecto.

Por ese entonces, el ahora ex presidente coqueteaba en diferentes frentes. Habia visto y morir el intento de ser líder de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y Caribe (Celac).

Pensó incluso que su amigo Lula da Silva podía ungirlo secretario general de la Unasur, si es que acaso el líder brasileño lograba revivirla y no lo logró. Y luego, terminada su fallida sociedad política con Cristina y, tras entregarle el bastón de mando a Javier Milei en diciembre de 2023, Fernández comenzó a coquetear con el puesto número uno en la Secretaria General Iberoamericana (la Segib).

Para ello, precisaba de las bendiciones de Pedro Sanchez, quien lo recibió antes de que terminara su gobierno, después de que lo terminara, y en el medio se vio obligado a desmentir que Fernández iba a ser asesor en su gobierno.

Siempre con el Grupo de Puebla antes y después de terminar la administración, el ex mandatario caído en desgracia tuvo una intensa actividad internacional.

Incluso el Papa Francisco lo recibió en el Vaticano antes de su encuentro con Milei, lo que fue un mensaje al libertario.

En marzo pasado, hay fotos y declaraciones regionales en X de su rol como posible mediador en el duro conflicto abierto dentro del Movimiento al Socialismo boliviano entre el presidente Luis Arce y el ex mandatario Evo Morales. “Sostuvimos un grato encuentro en #SantaCruz con la hermana vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, hermanos expresidentes y líderes latinoamericanos del #GrupoDePuebla, donde intercambiamos sus experiencias y conclusiones del seminario «Nueva arquitectura financiera regional, desafíos para una mejor integración en un mundo de cambios”, dice un tuit que lo incluye con foto y todo.

Y en ese mes, él mismo publicó su foto en el palacio de Gobierno de México, caminando con el saliente presidente, López Obrador, quien, durante la reciente visita de Cristina a México no encontró hueco en su agenda para recibirla. La ex vicepresidenta fue recibida por la presidenta electa Claudia Scheimbaum.

A mediados de junio pasado estuvo en Tegucigalpa sentado al lado de la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, y el coordinador del Partido Libertad y Refundación, José Manuel Zelaya, al “conmemorarse los 15 años del golpe de Estado”. Viajó en el marco de la Celac Social.

Después tuvo su intento fallido de ser observador en las elecciones presidenciales en Venezuel, del 28 de julio pasado, pero el régimen chavista lo des-invitó al escucharlo decir que, por un lado, si Nicolás Maduro perdía tenía que entregar el poder y, por el otro, manifestó su intención de reunirse con la oposición.

Días después, llegaba la primicia de Claudio Savoia en Clarín de que existían chats y fotos que daban cuenta de presuntos golpes de Alberto Fernández a Fabiola Yáñez. Luego la denuncia de la mujer.

Fuentes en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires afirmaron que Fernández “no tendrá designación vigente en la Facultad, ya que su curso no alcanzó el mínimo requerido de alumnos inscriptos«. El ex presidente forma parte de la UBA desde 1987 y dio la materia aún durante sus cuatro años como presidente.

Cristina Kirchner primero se expresó a través de sus voces en La Cámpora. La intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, que no condena al intendente de La Matanza, Fernando Espinosa, por las denuncias de abuso sexual en su contra, a Fernández lo hundió. Dijo varias frases en su contra para terminar con que “resultó ser un irresponsable, mediocre, vago y violento«. Finalmente la ex presidenta y ex vice de Alberto se expresó desde México: «Delata lo más sórdido de la condición humana”, dijo.

Luego, con comunicados de repudio a Fernández y s respaldos a Yáñez , y a través de un proyecto de resolución firmado por una parte del bloque de diputados de Unión por la Patria, el peronismo y el kirchnerismo aisló al ex Presidente.

A su vez, Alberto formalizó su renuncia a la presidencia del PJ. En ese interín, llegó el golpazo de los miembros del Grupo de Puebla.