Bajo un extremo hermetismo, a veces por teléfono pero también cara a cara, y con una frecuencia que perturba los movimientos de quienes -incluso desde sus propias filas- trabajan con diversas motivaciones para distanciarlos, Javier Milei y Mauricio Macri retomaron los contactos directos y avanzan en la construcción de una nueva etapa en el vínculo, luego de que el líder del PRO le pidiera al Gobierno que “se deje ayudar” y cuestionara al entorno del Presidente.
“Vienen hablando muy seguido, varias veces a la semana. Tienen un diagnóstico muy parecido y tampoco demasiadas diferencias sobre cómo hacerlo”, resume una fuente inobjetable al tanto de esos diálogos privados.
El acercamiento, que tiene como objetivo final unir fuerzas de cara a las elecciones legislativas de 2025 para “terminar con el kirchnerismo”, comenzó a darse semanas atrás, luego del paso de Mauricio Macri por la Quinta de Olivos en el que le avisó a Milei que en su reaparición haría duras críticas a sus colaboradores.
En esa cumbre, el Presidente escuchó por primera vez serios cuestionamientos a su asesor todoterreno Santiago Caputo, al que había designado como su interlocutor. Si bien habían arrancado en buenos términos, y desde el macrismo ponderaban al estratega de la comunicación libertaria, finalmente el ex mandatario lo acusó de bloquear sus propuestas y de no escuchar sus advertencias sobre la gestión en algunas áreas como Transporte e Infraestructura.
En su reaparición mediática, al relanzar el PRO, Macri también había deslizado críticas hacia la secretaria General de Presidencia, Karina Milei, aunque rápidamente desde su entorno se encargaron de aclarar que el destinatario de los principales planteos no era “El Jefe” sino a Caputo.
La reacción del entorno de Milei no tardó en llegar: Caputo y Karina, la hermana del Presidente, soltaron a sus tropas para responderle fuerte a Macri y atribuyeron su visión a intereses personales: “Quiere cargos para su gente”, fue la síntesis de un aluvión de dardos que se repitió días después del acto del PRO en el barrio porteño de La Boca.
Sin embargo, no fue el análisis de Milei, quien quedó conforme con las palabras de su principal aliado y a partir de ahí se propuso recomponer la relación y dejó de delegarlo. “Se entienden muy fácil, hablan el mismo idioma (político). Cada día disfruta más las charlas con Macri”, apuntaron cerca del Presidente.
”Están como carne y uña”, insistieron ante la consulta de Clarín.
La coincidencia es tal que, cuando se habían roto los puentes con Caputo, Milei había puesto a la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, para escuchar los pedidos de Macri. Pero ahora, con este ida y vuelta cotidiano, la mejor amiga del Presidente se corrió de la interlocución. “Siguen en contacto pero por los temas del ministerio”, se atajan en Casa Rosada.
“Están avanzando en las charlas. Mauricio empezó a sentirse muy escuchado y eso cambia las cosas. Está todo muy bien”, devolvieron desde el entorno del ex jefe de Estado donde remarcan que el liderazgo de Milei “no está discusión” y que “tampoco se trata de cargos en el organigrama” para el PRO sino de “mejorar el funcionamiento del Ejecutivo para poder consolidar un cambio definitivo en la Argentina”.
Milei, por su parte, suele jactarse de ser “el más macrista de su Gobierno” y lo considera fundamental en los acuerdos que necesita para imponer su agenda, aunque entiende que en su tropa el líder del PRO genera recelo. ¿Por qué no intervino y frenó los ataques furibundos de sus dirigentes más cercanos? “Cuando discuten dos personas que respeta y valora, Javier no se mete, deja que se arreglen solos, aunque no le guste lo que diga alguno de ellos”, explica una voz del riñón mileísta.
En contrapartida, el desembarco formal de Federico Sturzenegger como ministro de Desregulación y Transformación del Estado ayudó para acercar posiciones. Es que en los últimos días, por el ímpetu del ex presidente del Banco Central, el Gobierno tomó decisiones que Macri consideraba clave, en cuanto al empleo público, la privatización de empresas estatales y la reglamentación de parte de de las Sociedades Anónimas Deportivas, entre otras iniciativas.
Como anticipó Clarín, el Presidente quiere que el año próximo Macri sea su candidato a senador en la Ciudad de Buenos Aires en las Legislativas. Es una idea que no le agrada tanto a sus colaboradores pero que él mantiene. “No tengo problemas en sumar menos bancas libertarias si eso me permite hacer una alianza con alguien que no dudó en apoyar las reformas”, le escucharon decir a Milei días atrás.
Del otro lado, a pesar de que cuando trascendió la propuesta que le hizo Milei ante un acuerdo entre el PRO y LLA, Macri se mostró cauteloso y dijo que “no es el lugar donde aportaría más”, quienes lo frecuentan aclaran que “no descartó de plano nada”. “Falta mucho para las elecciones (Legislativas) y, como dijo Mauricio, primero hay un camino largo por recorrer, pero estamos todos de acuerdo que no tenemos Plan B a Milei”, según un diputado de la primera línea amarilla.
Avanzar con más reformas es un tema que desvela al Presidente, como quedó expuesto este miércoles en su discurso en el Consejo de las Américas. “El programa de reformas más grande de la historia se había hecho en la década de los 90 durante el gobierno de Carlos Menem. La reforma que nosotros llevamos a cabo en seis meses con el DNU y la Ley Bases con 15% de la Cámara de Diputados y 10% del Senado es ocho veces más grande, resaltó. “Hablame de gestión ahora”, desafió en un mensaje que varios en el auditorio interpretaron que estaba dirigido hacia a Macri, por sus críticas a la gestión.
“Al contrario. Mal puede ser contra Macri cuando es de los que han apoyado el programa económico sin condiciones. Eso fue para economistas, periodistas y gente que opina careciendo de la idea de lo que es un orden de magnitudes en una Argentina que se acostumbró al déficit fiscal”, devolvió un interlocutor que quiso corroborar con el Presidente si había aludido al ex mandatario. “Están profundizando la relación, entre ellos no hay discusiones”, completó.