Mientras su equipo ya tiene listo el veto con el que rechazará la reforma jubilatoria, Javier Milei decidió involucrarse personalmente en las negociaciones políticas que el Gobierno encabeza para evitar que la oposición insista en conseguir los dos tercios para ratificar ese proyecto y trazar una hoja de ruta común en lo que resta del período ordinario en el Congreso.
El Presidente, como adelantó Clarín, siguió el consejo que le dio Mauricio Macri en la cena que compartieron este martes en la Quinta de Olivos y ya prepara una reunión con los bloques de La Libertad Avanza y del PRO en Diputados, con el objetivo de aceitar el trabajo conjunto y asegurar el número para poner fin a la discusión parlamentaria.
Fuentes de Presidencia y del Congreso confirmaron a este diario que “se está trabajando en una reunión”, que podría darse entre este viernes y el inicio de la próxima semana. “Depende de la agenda del Presidente, le estamos buscando fecha”, explicaron desde un encumbrado despacho de uno de los involucrados en la audiencia.
“La idea es mejorar el trabajo en conjunto para que no pase lo de la semana pasada”, expuso una fuente del Ejecutivo, en relación a las derrotas en tres votaciones que sufrió LLA en las que quedaron expuestas las tensiones con el macrismo. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, hizo una autocrítica y admitió que hubo “falta de coordinación”.
Algo similar le transmitió Mauricio Macri a Milei este martes, según cuentan quienes escucharon al ex mandatario: “En este contexto el que tiene la llave para ordenar las cosas es el Presidente”, consideran.
Milei había quedado con Macri analizar la posibilidad de una reunión, pero se adelantó y este jueves dio la orden para iniciar la convocatoria.
En rigor, Milei llegó a la cumbre con Macri decidido a ponerle el cuerpo a las negociaciones políticas: el martes, un rato antes de la cena, recibió al jefe de los senadores de LLA, Ezequiel Atauche, con quien delineó el plan para expulsar del bloque a Francisco Paoltroni. Para tomar dimensión de la importancia de ese paso, sólo basta con rememorar que hasta hace unas semanas, el jefe de Estado admitía no conocer a Atauche: “No tengo su teléfono”, explicaba.
Ahora, el escenario parece empezar a cambiar. Si bien el asesor todoterreno Santiago Caputo fue ratificado por el Presidente como parte de su “triángulo de poder”, queda claro que advirtió de la necesidad de seguir más de cerca las negociaciones políticas.
Hay colaboradores que no se sorprendieron con la nueva dinámica que empieza a aflorar: “Javier es mejor político que todos los rosqueros que que van a los medios a dar lecciones de política, lo que pasa es que no le interesa perder tiempo en la rosca”, apunta uno de sus más estrechos funcionarios.
En esa línea, en el oficialismo confían en conseguir el apoyo de al menos 87 diputados, el número mágico para garantizar que no avance la reforma jubilatoria. “Faltan 4 ó 5 y si se mete el Presidente va a ser muy difícil que no los junte”, estimó uno de los que hacen el poroteo para el Gobierno.
Aunque el principal motivo de la convocatoria gira en torno a la ley de jubilaciones, no es el único tema en la agenda: el Gobierno ya piensa en cómo avanzar con otros proyectos clave, como el Presupuesto 2025 que deberá presentar en las próximas semanas.