A tono con la política vía redes sociales aplicada por los trolls de La Libertad Avanza, el legislador porteño Yamil Santoro (Republicanos Unidos) subió un video en el que anunció la presentación de un proyecto de ley en la Legislatura Porteña para eliminar el Día de la Promoción de los Derechos de las Infancias y Adolescencias Trans. En las redes se recordó cómo Santoro hizo campaña participando de la Marcha del Orgullo LGTQB sobre un camión de Juntos por el Cambio que exigí: «¡Ley Integral Trans Ya!».
En el video de menos de un minuto, Santoro busca interperlar a los seguidores de la ultraderech, y su cruzada contra las políticas de género y el derecho a la identidad, no solo comparando la elección de una infancia trans con un «suicidio», sino también falseando los objetivos de la Ley 6272; votada por la Legislatura porteña en 2019, propuesta por actual diputado nacional y titular de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro.
«¿Dejarías que tu hijo de 5 años elija suicidarse? Yo estoy a favor de la eutanasia, pero no dejaríaque un niño elija sobre su vida en esos términos», con esa frase Santoro inicia el video para hablar de la norma que sancionó al 29 de octubre como Día de la Promoción de los Derechos de las Infancias y Adolescencias Trans.
Pero la hipocresía del legislador quedó rápidamente expuesta en redes sociales por sus posteos anteriores: desde su presencia en la Marcha del Orgullo hasta un tuit de 2021 en el que compartió la opinión de Carlos Maslatón sobre la histórica movilización de la comunidad LGBTIQ+.
«Las marchas del orgullo gay son liberales en esencia. Es un disparate que algunos derechistas se «ofendan» por manifestaciones que expresan justos deseos de libertad individual. Criticarlas solo logra fortalecer la infiltración izquierdista en estos movimientos», escribió el ex Ucedé. Santoro le dio retuit y escribió: «Comparto».
La norma porteña es heredera de la Ley de Identidad de Género nacional, aprobada en 2012, y del recordado caso de Luana, quien nació varón pero desde los 4 años se identificó como mujer. Su caso fue reconocido, con el cambio de género en su DNI y su historia se contó en un libro y una película: «Yo nena, yo princesa».
«Estoy a favor de que cada persona se autoperciba y defina su identidad como quiera, pero no a los 5 años», les dijo Santoro a sus seguidores de ultraderecha para proponer eliminar el 29 de octubre y agregó varias falsedades sobre la identidad de género y sobre el rol que le ocupa al Estado porteño los alcances de la norma.
«El Estado no tiene por qué estar supliendo la falta de terapia o de responsabilidad de los padres. No tenemos que estar pagando con nuestros impuestos terapias o tratamientos que puedan arruinarle la vida a los chicos, sin que estos siquiera tengan condiciones o actitud para tomar este tipo de decisiones», sostiene Santoro.
La norma no propone que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires aporte fondos públicos para «terapias o tratamientos» –entendiendo, según Santoro, a las identidades trans como una patología a tratar– sino que compromete al Estado porteño a incorporar el día en el calendario escolar y realizar «campañas de difusión y visibilización que promuevan la plena integración y el pleno goce de los derechos de las infancias y adolescencias trans», como se indica en la web de la Legislatura de la Ciudad.
Esas campañas de concientización, según la normativa vigente, deben involucrar, entre otras actividades, capacitaciones a personas que se desempeñan en los ámbitos de la educación, la salud, el deporte, el arte y otras áreas destinadas a infancia y adolescencia.
«Creo en la libertad, pero no en la libertad de cagarle la vida a los hijos», cerró Santoro y llamó «boludeces» a las infancias y adolescencias trans.
En 2023, a 11 años de la sanción de la Ley de Identidad de Género, la Dirección Nacional de Población informó que el marco legal a nivel nacional permitió que 16.090 personas rectificaran su identidad, siendo la Ciudad de Buenos Aires el distrito con mayor porcentaje de habitantes que realizó el trámite de cambio de género (62 personas cada 100 mil habitantes).
Entre elles, casi el 19 por ciento de las personas que eligieron el género masculino realizaron la rectificación siendo menores de edad, mientras que entre las personas que eligieron el género no binario, el 10,25 por ciento lo hizo antes de alcanzar la mayoría de edad, y solo el 3,40 por ciento de las personas que eligieron el género femenino lo hicieron en el rango etario inferior a 17 años.