A los 28 años, Paul Mescal supo convertirse en uno de los actores más cautivadores de su generación en Hollywood. El actor irlandés que enamoró al mundo en la miniserie Normal People, ahora asume el desafío de protagonizar Gladiador II, un colosal regreso al cine épico bajo la dirección de Ridley Scott.
Originalmente, sus sueños estaban en los campos de fútbol gaélico, donde era reconocido como un defensor prometedor. Sin embargo, una serie de lesiones truncaron sus aspiraciones deportivas y lo llevaron a explorar su otra gran pasión: la actuación.
Pese a su corto recorrido en el mundo del espectáculo, Paul demostró que no necesita likes ni algoritmos para brillar. Con un distintivo carisma y una sensibilidad artística única, el irlandés domina las taquillas del mundo mientras traza un camino propio, alejado del bullicio de las redes sociales para apostar por la autenticidad e interpretaciones tan profundas como conmovedoras.
El camino hacia el éxito de Paul Mescal
Paul Colm Michael Mescal nació el 2 de febrero de 1996 en Maynooth, un pueblo del Condado de Kildare, Irlanda, donde creció en el seno de una familia de clase media compuesta por su padre Paul, un profesor de secundaria, y su madre Dearbhla, una mujer policía, además de su hermano y una hermana menor.
Mientras estudiaba en la escuela secundaria de Maynooth, Paul aspiraba a ser jugador profesional de fútbol gaélico, el deporte emblema de su tierra natal. Ese sueño se hizo realidad en su adolescencia, al destacarse como defensor en varios clubes, lo que le valió el reconocimiento de sus compañeros por su agilidad y talento.
Así, poco a poco, Paul fue ganando terreno como futbolista de la GAA (Asociación Atlética Gaélica) al jugar para el club de Maynooth y en la categoría juvenil de Kildare, representando a su condado en la categoría sub21, antes de que su carrera como actor despegara.
Sin embargo, no fue su pasión por las artes escénicas lo que marcó el final de su etapa en las canchas, sino las lesiones que sufrió: una fractura en la nariz al cumplir los 16 años, y otra en su mandíbula que ocurrió dos días antes de comenzar su último año en la prestigiosa Academia Nacional de Arte Dramático Lir de la Universidad Trinity en Dublín (de la cual egresó, en 2017).
Paul explicó que aquellas experiencias funcionaron como una llamada de atención para darse cuenta de que, tristemente, la actuación y el deporte no siempre van de la mano.
Tras cerrarle las puertas al fútbol gaélico, Mescal dedicó su tiempo y esfuerzo a dar sus primeros pasos en el ámbito del entretenimiento, destacándose en producciones teatrales como El gran Gatsby, en el Gate Theatre de Dublín, y Sueño de una noche de verano en el festival de arte Kilkenny.
Aquellas oportunidades sobre el escenario sirvieron de trampolín para que el actor debutara en pantalla con su rol protagónico en el cortometraje Drifting, donde dio vida a Cian, un joven que lidia con el distanciamiento de su mejor amigo de la infancia.
El camino hacia el estrellato: «Normal People», «Aftersun» y «Todos somos extraños»
Pero no fue hasta 2020, en plena pandemia por COVID-19, que Paul Mescal dio el gran salto a la fama global al protagonizar la miniserie Normal People basada en el best seller de Sally Rooney.
Las estrictas medidas de cuarentena a nivel mundial fueron claves para que millones de personas confinadas en sus hogares convirtieran a la serie de 12 episodios, en un éxito rotundo que hasta la fecha es considerada un verdadero fenómeno televisivo y cultural.
En Normal People, el actor encarna a Connell Waldron. Un joven irlandés, profundamente introspectivo y de gran carga emocional, cuya naturaleza reservada y tendencia a ocultar sus sentimientos definen su lucha interna en cuanto a las expectativas sociales, y familiares.
Así, a lo largo de la trama, su personaje se presenta como un popular estudiante de la escuela secundaria de County Sligo que se enamora de su compañera de clase Marianne (interpretada por Daisy Edgar-Jones), con quien experimenta un intenso, aunque complejo vínculo que lo desafía a explorar los aspectos más vulnerables de sí mismo.
De esta manera, a medida de que la historia progresa, Connell no sólo enfrenta los altibajos de su relación con Marianne sino también los dilemas sobre sus propios deseos, ambiciones y la incertidumbre en cuanto a su identidad.
Tras el estreno de la miniserie en agosto de 2020, Paul no solo cosechó una base de fanáticos a nivel global sino que también captó la atención de la crítica especializada y de la Academia de Artes y Ciencias de la Televisión, ya que su interpretación le valió una nominación al Emmy como mejor actor en una miniserie o telefilme. Además, en 2021, fue galardonado en los prestigiosos BAFTA TV Awards.
El arrollador éxito de Normal People dio paso a su debut cinematográfico con un papel secundario en La hija oscura (2021), un drama psicológico de Maggie Gyllenhaal protagonizado por Olivia Colman y Dakota Johnson.
A pesar del tiempo limitado de Paul en pantalla como Will -un joven que sirve como espejo de los conflictos internos de Leda (Olivia Colman)- su actuación resaltó su talento innato para dar vida a personajes emocionalmente complejos.
Sin embargo, su ascenso definitivo al estrellato no llegó hasta 2022, cuando deslumbró con su rol protagónico en Aftersun, un aclamado drama dirigido por Charlotte Wells que explora los matices de la paternidad y la fragilidad humana. En la película, Mescal asume el papel de Calum, un joven padre de 30 años que disfruta de unas vacaciones en Turquía con su hija Sophie de 11, interpretada por Frankie Corio.
En su intento por fortalecer el vínculo con su hija, a quien no ve con frecuencia, él enfrenta una profunda depresión que decide ocultar ante ella para protegerla de su sufrimiento. Así, el actor da vida a un hombre tan carismático, atento y divertido como frágil, profundo y vulnerable que busca crear momentos inolvidables con Sophie mientras batalla en soledad contra sus propios demonios.
Al igual que Normal People, su trabajo en Aftersun también fue ampliamente reconocido por la crítica y en 2023 le valió una nominación al Oscar.
Esto cimentó su lugar en Hollywood, llevándolo a protagonizar Todos somos extraños (All of Us Strangers), una adaptación cinematográfica de la novela Strangers (1987) de Taichi Yamada, dirigida por Andrew Haigh, cuya trama se centra en un guionista homosexual que enfrenta la pérdida de sus padres, y su enigmático vecino Harry (Mescal).
En este filme, Paul reafirma su habilidad para interpretar personajes con profundos matices emocionales. A lo largo de la trama, Harry se presenta como un hombre introspectivo y de pocas palabras que vive atrapado en el presente bajo la sombra de su pasado no resuelto mientras juega un papel crucial en la vida de Adam (Andrew Scott), con quien forja una relación que comienza de manera superficial y rápidamente se transforma en un lazo sentimental mucho más significativo.
«Gladiador II»: Lucius, la gran apuesta de Ridley Scott
Tras abrirse paso en Hollywood, Paul Mescal afrontó una de las apuestas más desafiantes de su carrera: protagonizar Gladiador II, la esperada secuela del emblemático filme Gladiador (2000) dirigido por Ridley Scott, cuyo elenco estuvo encabezado por Russell Crowe, ganador del premio Oscar por su interpretación de Máximo Décimo Meridio.
A 24 años del estreno de la película original, el director reclutó al actor irlandés para que interpretará a Lucio. Se trata del hijo de Lucilla (Connie Nielsen) y el general hispanorromano Máximo, quien fue traicionado por Cómodo (Joaquin Phoenix) -el codicioso hijo del emperador Marco Aurelio (Richard Harris)- y tras ser esclavizado, luchó por vengar a su familia, convirtiéndose así en un legendario gladiador y símbolo de resistencia de la corrupción romana.
La segunda entrega del icónico universo de Gladiador, que se convierte en un puente entre el pasado y el futuro del Imperio romano mientras sigue la vida adulta de Lucio, tuvo tres escenarios diferentes durante el proceso de filmación: Malta, Marruecos e Inglaterra.
Mescal no sólo logra mantenerse a la altura de la memorable actuación de Crowe sino que también imprime su distintivo y característico sello de complejidad emocional en Lucio, transformándolo en un personaje completamente distinto a cualquier otro papel que haya interpretado antes.
“Siento una gran responsabilidad porque el cine épico necesita un impulso en la taquilla, y si películas como Gladiador no lo logran, eso sería preocupante”, reflexionó el actor en diálogo con Variety antes del estreno en cuanto al impacto que esperaba que tuviera el filme, que ya alcanzó los 320 millones de dólares en las taquillas de todo el mundo, superando su presupuesto de 250 millones.
Por otro lado, sobre la construcción de su personaje bajo la dirección de Ridley Scott, Paul aseguró que “hay mucho trauma latente” detrás de Lucio. “Y yo soy el indicado para eso”, resaltó, haciendo alusión a la experiencia actoral que acarrea en pantalla.
“No solo se trataba de llenar los zapatos de Russell Crowe sino también sobre traer algo propio al papel, una verdad emocional que se sintiera auténtica. Quise hacer un guerrero… sí, pero con dudas y miedos como cualquiera de nosotros. Quería crear un tipo que pese a todo puede seguir adelante”, aseguró.
Si bien su rol es sumamente físico, el actor explicó que debido a su pasado como jugador de fútbol gaélico y su afición por el gimnasio, no fue necesario someterse a un entrenamiento intensivo para ponerse en forma. De hecho, con sesiones de gimnasio que no excedieron los 45 minutos diarios y una dieta planificada por su equipo de asesoramiento, logró los resultados requeridos para el papel.
Así es como Paul ofrece una visión fresca y contemporánea que sigue siendo fiel a los temas de lealtad, sacrificio y lucha por la justicia que definieron el éxito de la primera entrega que recaudó US$457 millones en taquilla a nivel global.
A más de 20 años de la muerte de Máximo Décimo Meridio, Lucio Vero regresa a Roma -que atraviesa un período de decadencia y conflicto político en manos de sus emperadores Caracalla y Geta interpretados por, Fred Hechinger (La mujer de la ventana) y Joseph Quinn (Stranger Things)- tras haber vivido exiliado en Numidia bajo el nombre de Hanno.
Cuando el ejército romano invade Numidia bajo el mando del general Marco Acacio (Pedro Pascal), su vida da un trágico giro, ya que en medio de la batalla, su esposa, Arishat es asesinada, y él es capturado y esclavizado para enfrentarse a la brutalidad de la arena como gladiador.
Tras ser comprado por Macrino (Denzel Washington), un traficante de armas que reconoce su potencial, Lucio recibe un entrenamiento que lo convierte en un luchador destacado en el Coliseo donde gana reconocimiento y también es obligado a confrontar el legado de su pasado, el origen de su identidad y el resentimiento que le tiene a su madre, Lucilla.
La exposición, el éxito y las redes sociales no van de la mano
Desde que saltó al estrellato con su interpretación de Connell Waldron en Normal People, Paul Mescal tomó una decisión que estos días no es poco común para una figura de su generación en Hollywood: se alejó de las redes sociales. Más allá de proteger su salud mental, el actor también buscó preservar su trabajo en pantalla y los personajes que interpreta.
Para él, la abrumadora atención que recibe en Internet puede resultar agotadora, y reconoce que no es un espacio saludable para él, ya que genera una presión innecesaria y afecta la autenticidad de los papeles que elige encarnar en sus proyectos cinematográficos o en la pantalla chica.
En este sentido, Mescal expresó su frustración en cuanto a cómo los algoritmos suelen priorizar historias sobre él cuando usa las redes. “Tuve que dejarlas porque es demasiado. Hay demasiado sobre mi ahí”, sentenció.
Sobre la importancia de mantener la distancia del mundo digital, Paul sostuvo: “Creo que imponer estas pequeñas barreras de protección es importante para poder navegar una carrera duradera”.
“Para mí, debe existir un cierto grado de misterio en cuanto a quién soy, así puedo interpretar estos papeles y hacer mi trabajo sin que las personas sepan o tengan una idea de cómo soy en realidad. Sin lugar a dudas, eso le aporta valor a tu labor como actor”, manifestó.
Finalmente, en cuanto a la presencia de los actores en las redes sociales y la influencia que tienen a la hora de realizar castings o ser considerados para afrontar compromisos laborales, el actor irlandés aseveró: “Me asusta mucho. La actuación nunca debería reducirse a la cantidad de seguidores que tenemos en Instagram”.
POS