Los restos de Jorge Lanata, quien falleció a los 64 años, fueron trasladados al Cementerio Campanario Jardín de Paz, lugar elegido para honrar a figuras de gran relevancia en la sociedad argentina, en Florencio Varela, alrededor de las 12:30, luego de ser velado en la Casa de la Cultura del microcentro porteño.
El cortejo fúnebre, compuesto por familiares y seres queridos, llegó al cementerio, donde se llevó a cabo una ceremonia religiosa íntima antes del entierro en una parcela destinada al comunicador. Entre las imágenes más conmovedoras del trayecto, desde la Casa de la Cultura hasta Varela, se pudo ver a la hija del periodista, Bárbara, junto a su hermana Lola, quien llevaba un peluche infantil en la mano.
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Minutos antes del mediodía, llegó al cementerio la actual esposa de Lanata, la abogada Elba Marcovecchio, acompañada de otros allegados.
Luego de finalizar la ceremonia privada, Julio López, periodista y compañero cercano de Lanata, reflexionó: “Esta vez no lo logró, pero después de haber llorado todo lo que lloramos entre ayer y hoy, y al ver la retrospectiva, entiendo que fue un alineamiento totalmente cósmico”.
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López también se refirió a su colega y compañera del ciclo radial, Jésica Bossi: “Esto pasó mientras Jésica conducía la batuta junto a Cecilia Boufflet y todo el equipo. Antes del mediodía de ayer, yo me frustraba porque pensaba: ‘Este programa debería cerrarse con Bossi, Boufflet y todos los que estábamos allí’. Sentíamos una especie de vacío, y luego del mediodía, ya teníamos la certeza de que eran horas decisivas”.
Por su parte, Bossi expresó: “Estuvimos seis meses haciendo el programa y esperando que él volviera. Hoy se hizo evidente que no iba a regresar, y es devastador porque significó despedir a Lanata. Le dije muchas veces que ‘hay un Lanata cada 50 o 60 años’, por todo lo que representaba en cuanto a los cambios dentro del periodismo”.
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