Rolando Graña y Giselle Kruger pasaron días de extrema preocupación por la salud de su nena, Alina, de apenas 6 añitos. La nena tuvo que ser internada en 2 oportunidades a consecuencia de una bacteria que generó malestares y dificultades en el organismo de la peque. «Son imágenes que quisiera olvidar para siempre».
«Me hubiera gustado no compartir esta experiencia, pero ustedes saben que sólo creo en la comunicación como servicio. Así que acá va…», compartió Giselle desde sus redes sociales. «Hace 10 días, Alina contrajo la bacteria que más le temí toda mi vida, la que provoca el SUH», amplió la periodista, en referencia al temido Síndrome Urémico hemolítico, una enfermedad grave que afecta a los riñones y al sistema urinario.
«Empezó con dolores de panza, luego diarrea con sangre…», recordó Kruger sobre la seguidilla de sintomatologías que sufrió la nena en los últimos días. Entonces, precisó: «Después de llevarla 3 veces a la guardia, pedimos que la dejen internada».
«Estuvo 48 horas con muchos dolores. Contaría el cuadro en detalle, pero son imágenes que quisiera olvidar para siempre. Deseaba con todo mi corazón que eso me estuviera pasando a mí y no a ella», compartió la comunicadora desde su cuenta oficial de Instagram sobre lo mal que la pasó con el conductor de América Noticias por la dificultad de salud que presentó la peque y que encendió todas las alarmas.
EL MAL MOMENTO DE LA FAMILIA GRAÑA
«Sucede que en estos casos, el SUH es una posibilidad, de que desencadene o no depende solamente del destino. Así de enloquecedor es todo. Pero cuando todo parecía alejarse, nos alertaron que hay una ventana de días en la cual el maldito síndrome puede aparecer, y eso nos terminó de liquidar«, se sinceró Giselle.
«Todo venía bien, los valores después del alta le dieron perfectos. Sentimos que la cuenta regresiva y la pesadilla llegaban a su fin… Nos equivocamos… El último día de control, los valores de sus análisis salieron alterados y la volvieron a internar», contó la comunicadora.
«Con la misma fe y desesperación rogamos que no estuviera ocurriendo», comentó angustiada. Entonces, confesó: Fue sin dudas la prueba más difícil de nuestras vidas. Milagrosa e inexplicablemente, al otro día los valores de su sangre mejoraron notablemente», reveló Krüger. Y añadió: «Luego de una ecografía decidieron externarla», compartió Kruger.