El estrés financiero se ha convertido en una preocupación creciente, y en Argentina, esta situación es particularmente evidente. Un estudio realizado por Voices y WIN International revela que, a nivel global, la principal fuente de estrés es el trabajo, seguida de la falta de dinero. Sin embargo, en el contexto argentino, esta tendencia se invierte.
Según los datos del estudio, un 29% de los argentinos considera que la falta de dinero es su principal causa de estrés, mientras que el trabajo ocupa el segundo lugar con un 21%. Este cambio en la fuente de ansiedad refleja el creciente impacto de las dificultades económicas en la vida diaria de los ciudadanos.
El impacto de esta presión se refleja en los altos niveles de agotamiento que enfrentan los trabajadores. El informe Burnout en Argentina 2024, de la Universidad Siglo 21, revela que el 32% de los empleados se siente tan exhausto que no puede realizar otras actividades después de su jornada laboral. Además, el 24% afirma que le cuesta relajarse y prepararse para enfrentar un nuevo día de trabajo.
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Otro factor que agrava la situación es la creciente sensación de desajuste salarial. El informe AON 2025 señala que muchos empleados perciben que sus salarios están por debajo de los valores del mercado, lo que aumenta la incertidumbre sobre su estabilidad financiera.
Ante este panorama, surge una pregunta fundamental: ¿Es posible gestionar mejor nuestros recursos financieros para reducir la incertidumbre y lograr un mayor bienestar? Para los especialistas, la respuesta radica en la «planificación financiera».
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Jackie Maubré, Managing Director de Pension & Benefits (P&B) de CRITERIA para América Latina, destaca que la incertidumbre económica y las demandas imprevistas llevan a muchas personas a priorizar lo urgente sobre lo importante. Según Maubré, la solución consiste en establecer un “plan financiero estructurado” que permita anticipar escenarios y garantizar la estabilidad económica a largo plazo.