Este gobierno nos tiene acostumbrados a las mentiras, al intento de instalar falsas versiones para generar supuestos enemigos públicos. La ministra Bullrich desde ayer ha superado ampliamente ese accionar. No solo porque todas sus declaraciones son mentira, sino por la desprolijidad y falsedad visible de esas versiones. Aquí una a una, la retahíla de barbaridades de la exmontonera. ¿Aún hay quienes le creen?
Las mentiras empiezan antes
Bullrich, el gobierno y los medios a fines fueron instalando que la movilización de ayer era de los barrabrava de los clubes de futbol, de “la mafia” del fútbol, como decían. Difundían que eran los miembros de la red mafiosa y violenta del fútbol los que organizaban la movilización, y que eran apenas unos 50 jubilados los que convocaban. También responsabilizaba a la izquierda como convocante.
Los referentes de las barrabravas de los clubes están identificados, no solo por los directivos de los clubes sino por el propio gobierno. Las propias fuerzas de seguridad conocen bien esta lista de personas, ninguno era convocante de la movilización.
Pero además, el gobierno tuvo un acuerdo con el Chiqui Tapia para que esos barras no estuvieran, algo que no convenía ni al gobierno, ni a las fuerzas represivas ni a los clubes. Elemento que se comprueba claramente con cuántos barrabravas fueron identificados o presos. Solo 4 son “denominados barras” pero de segunda línea, entre los 114 presos. Y en realidad son miembros de ATE.
Una mentira de patas cortas pero de cola muy larga, por eso quedó tan evidente y muy difícil de ocultar.
Más mentiras de la ministra
“La mayoría de los arrestados tiene antecedentes penales”, primero hay inexactitud en la cantidad de presos, porque a varios los va sumando la propia Bullrich entre ayer y hoy. Se habla de 114, o 149, contando algunos heridos. Pero lo cierto es que con antecedentes solo hay 3 personas.
“Se retuvieron armas de fuego y armas blancas”. Otra barbaridad, puesto que se hizo público un video donde se ve cómo la policía planta un arma en las inmediaciones de la plaza de los dos Congresos esperando que alguno la levante, para tener algún caso de “portación de armas”. Además, el propio fallo de la jueza Karina Andrade señala que ninguna de las detenciones ha dejado registrado delito o elementos que se hayan retenido en el registro de detención que indique delito.
“Los manifestantes eran violentos y con intenciones de matar”. La foto de hoy a la mañana del Congreso y las cuadras a la redonda, muestran que están regadas de cartuchos verdes y azules. Cartuchos de balas y gases. No son piedras ni palos. La foto que recorre todas las redes muestra que el vestigio de la brutal represión lo dejó la policía. La intención de matar era de Bullrich. Además, también circulan videos que muestran “escombros” dejados abandonados de forma oportuna para su utilización. A igual que el patrullero abandonado, para que “lo usen”, el mismo que fue incendiado por personas señaladas como infiltradas.
“Pablo Grillo fue arrestado, como militante de Lanús”. Bullrich decía esto, describiendo una lista de argumentos por los cuales había sido arrestado, mientras los mismos medios que la entrevistaban, mostraban las imágenes de Pablo, el fotoperiodista, en el momento que era golpeado por una bala de gas y se desplomaba en el suelo. Las imágenes de Grillo cayendo y después siendo asistido recorrieron todas las redes. Al igual que todos tomamos conocimiento de su estado crítico y la lucha por vivir que está dando desde ese momento. Varios de los heridos además los tenían en la lista de presos, por eso existían la diferencias en las cantidades de detenciones.
“La izquierda repartió un instructivo de violencia”, un volante casi escrito a mano, con un formato y logo que no se usa y con supuestas instrucciones que daba el FIT Unidad para desatar la violencia es difundido por Adorni para responsabilizar a los únicos que acompañamos los reclamos y las diferentes luchas. Una impresión que nadie puede creer, de la izquierda que no tiene ese habito, pero además burdo e infantil.
“No había jubilados”, la mayoría de las imágenes muestran a los jubilados en la primera línea, desde la mujer de 80 y tantos años golpeada por un policía, hasta las imágenes de los heridos y gaseados en su mayoría muestran jubilados llorando y tirados en el suelo. De los heridos se calcula que hay mas del 57% mayores de 60 años, también niños y jóvenes. Lo que muestra la brutalidad planificada.
Se preparó el terreno
No solo con mentiras se fue instalando que la movilización de ayer fue un intento de desestabilización al gobierno, sino que se le intentó dar un contexto determinado. A días del inicio de las sesiones ordinarias en el Congreso, se promulgó la Ley 27.786, conocida como “Antimafias”, que aumenta las penas para los integrantes de organizaciones delictivas y está diseñada según los voceros del gobierno para anular a las grandes bandas de crimen organizado dedicadas al narcotráfico, el lavado de activos, la extorsión y la trata de personas.
Lo más llamativo es que permite la posibilidad de declarar ciertas áreas como “zonas sujetas a investigación especial” supuestamente para facilitar la acción de la Justicia.
En esa línea, endurece las penas para quienes formen parte o colaboren con organizaciones criminales, con condenas de 8 a 20 años, así como también habilita a que los miembros de estas organizaciones puedan recibir la pena del delito más grave cometido por el grupo, es decir que se eliminan las diferenciaciones de penas según el rol dentro de la mafia: todos serán penados por igual.
Pero ya lo asocian a la posibilidad de determinar una organización criminal para “el golpe desestabilizador”. Una irrealidad en primer lugar ya que ninguno de los arrestados se conoce o tiene vínculos entre sí, pero además que el derecho a la movilización o a la protesta, que es el primer derecho, se lo pretenda vincular con una organización criminal ya es un elemento muy preocupante, que no podemos permitir.
Milei se tiene que ir, y sabe que ya su motosierra no genera la misma simpatía, por eso es necesario para el gobierno endurecer los mecanismos represivos. No solo con formatos mas violentos, sino con persecución y procesamiento posterior. ¡No va más! Bullrich se tiene que ir. Será en la calle y en unidad que se jugará efectivamente la suerte de esta jugada. Un gran desafío para el pueblo, pero también para el gobierno.