El ministro de Economía, Luis Caputo, enfrentará una negociación compleja con el FMI, encabezado por Kristalina Georgieva. La pelea por la devaluación.
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El Gobierno ratificó que el acuerdo con el FMI se firmará antes de mayo
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Se desinfla el optimismo en la bolsa tras la aprobación del DNU que habilita el acuerdo con el FMI
Tras la aprobación del DNU, Javier Milei busca acelerar el acuerdo con el FMI.
Reuters
El gobierno de Javier Milei ultima detalles para una misión crucial en Washington. Con el reciente aval del Congreso al programa de Facilidades Extendidas, que refinanciará los dólares adeudados al FMI y otorgará nuevos desembolsos, los principales funcionarios del área económica preparan una visita al corazón del poder financiero global.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, confirmó la posibilidad de un viaje inminente, en lo que se perfila como el paso decisivo para obtener fondos que fortalezcan las reservas del Banco Central y permitan, según los planes oficiales, desmantelar el cepo cambiario que aún pesa sobre la economía argentina.
La agenda en la capital estadounidense no admite improvisaciones. El equipo liderado por el ministro de Economía, Luis Caputo, enfrentará una negociación compleja con el FMI, encabezado por Kristalina Georgieva, donde se pondrán sobre la mesa temas clave: la unificación del tipo de cambio —una exigencia recurrente del organismo—, el esquema blend, las bandas de flotación, la brecha, el dólar CCL y MEP y la viabilidad del ajuste fiscal que logró un superávit primario en 2024. Lejos de ser una mera formalidad, la cita exige demostrar que las reformas libertarias tienen cimientos sólidos, capaces de resistir las tensiones sociales y económicas que aún persisten. Un acuerdo exitoso podría traducirse en un desembolso significativo, pero el costo implicará compromisos que el Gobierno deberá calibrar con precisión.
Ventas por casi u$s1.000 millones del BCRA
El escenario inmediato no regala demasiado. Las últimas declaraciones del ministro Luis Caputo -pero también omisiones relevantes- dejaron en claro que se avecinan algunos cambios en la política con el dólar. Esto se reflejó en los contratos de dólar futuro y en la operatoria de quienes habitualmente tienen acceso al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) que forzó la venta de reservas por parte de BCRA. En las últimas jornadas, el BCRA anudó ventas por casi u$s1.000 millones. Si bien varios de esos contratos se atenuaron en su estampida, llamó la atención la pasividad del Gobierno, al «dejar correr», lo que fue interpretado por algunos referentes del mercado como una evidencia clara de que ni siquiera el Gobierno cree en la continuidad de la devaluación al 1% mensual.
En el Palacio de Hacienda, la expectativa es tan alta como la cautela. Los mercados internacionales, con The Wall Street Journal y Bloomberg a la cabeza, analizan cada paso del “experimento Milei”, elogiando sus avances pero cuestionando su sostenibilidad. Esta visita a Washington no es solo una gestión técnica: representa una prueba de fuego para la credibilidad de un modelo que presume haber encauzado el déficit y la inflación, aunque a un precio que aún divide opiniones y utilizando variables que podrían tener fecha de vencimiento. El resultado definirá si se logra un respiro financiero o si, por el contrario, las promesas de estabilidad terminan siendo un espejismo.
El Banco Mundial entra en escena: ¿créditos a la vista o solo buenas intenciones?
Pero el FMI no es el único actor en este tablero. La visita de Ajay Banga, presidente del Banco Mundial, a Buenos Aires, programada para el 2 de abril, suma un capítulo paralelo a la trama económica. Banga llegará con una agenda oficial que incluye reuniones con Milei y Caputo, y la expectativa en el Gobierno es que el organismo multilateral abra la billetera para apuntalar las reservas y financiar proyectos de infraestructura. Según trascendidos, Argentina podría aspirar a líneas de crédito de libre disponibilidad, un salvavidas codiciado en tiempos de arcas flacas, aunque el Banco Mundial no suele regalar nada sin pedir algo a cambio: más ajuste, más reformas, más disciplina fiscal.
La relación entre Banga y el gobierno de Donald Trump agrega un condimento político a esta visita. Nominado en 2023 por Joe Biden, Banga asumió la presidencia del Banco Mundial con el respaldo de EE.UU., pero su perfil pragmático y su experiencia en el sector privado —fue CEO de Mastercard— lo hicieron un interlocutor potable incluso para la administración Trump, que asumió en enero de 2025. Milei, que ya se reunió con Trump en la CPAC el 22 de febrero de 2025, apuesta a que esta sintonía ideológica entre el libertario y el republicano facilite un guiño del Banco Mundial. Fuentes oficiales destacan que Trump ve con buenos ojos el ajuste de Milei, y Banga, sensible a las prioridades de Washington, podría alinear los intereses del organismo con el respaldo político de la Casa Blanca.
En rigor, no es la primera vez que Milei y Banga cruzan caminos. El 21 de febrero de 2025, en Washington, ambos tuvieron un encuentro protocolar tras la disertación de Milei en el BID. Allí, Banga elogió la “reducción sustancial de la inflación” y el superávit fiscal, según reportó Argentina.gob.ar, mientras Milei le vendió su visión de un país en reconstrucción. También se vieron en noviembre de 2024 durante el G20 en Río de Janeiro, donde se avanzó en préstamos por 2.000 millones de dólares. Estos antecedentes sugieren que la relación es fluida, pero la pregunta sigue en pie: ¿alcanzará el aval político y los números maquillados para que el Banco Mundial suelte los fondos que Argentina necesita, o será otra ronda de aplausos sin efectivo?