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Aconcagua Energía enfrenta problemas de pago y reestructura su deuda

Aconcagua Energía se suma a la lista de empresas argentinas al borde del default. La petrolera argentina, propiedad de los exYPF Diego Trabucco y Javier Basso, informó nuevos problemas financieros que le impiden cumplir con el pago de su deuda.

Así, en el marco de lo que consideró como “condiciones desafiantes del mercado de capitales que dificultaron el acceso a fuentes de refinanciamiento”, la compañía notificó que impulsará un proceso integral de reestructuración de su deuda financiera. Y para ello, contrató los servicios de VALO Columbus, un asesor financiero especializado en banca de inversión.

“Esta iniciativa proactiva y preventiva responde a la necesidad de optimizar la estructura de capital, extender el perfil de vencimientos y preservar el valor económico del negocio en beneficio de todos sus inversores, clientes, proveedores, empleados, socios y acreedores, a fin de evitar escenarios más disruptivos”, aseguraron desde la firma mediante un comunicado enviado a la Comisión Nacional de Valores.

Según precisaron, desde la compañía adoptaron una estrategia de pagos coordinada con el desarrollo de las negociaciones, que incluye el diferimiento del pago de intereses de las obligaciones negociables Clase VII previsto para ayer, martes 17 de junio. “Esta medida preventiva busca evitar decisiones que podrían generar inequidades entre acreedores y comprometer la viabilidad del proceso de reestructuración integral, asegurando que cualquier solución alcanzada beneficie de manera equitativa a todas las partes involucradas”, enfatizaron.

Para Aconcagua Energía, esta situación no es nueva. Durante el último trimestre de 2024, y en forma simultánea con la obtención de las extensiones de las concesiones operadas en la provincia de Río Negro, la compañía señaló como prioridad estratégica la evaluación de alternativas de financiamiento de largo plazo.

“Si bien la solución preveía una ejecución escalonada con un tramo local y uno internacional, la volatilidad en el mercado doméstico, la retracción de la demanda institucional y la falta de liquidez efectiva para operaciones primarias en pesos hicieron inviable iniciar por el segmento local. Como consecuencia, la estrategia se reconfiguró en torno al tramo internacional como primer paso”, explicaron.

En esa línea, la compañía salió al mercado internacional, con el objetivo de colocar obligaciones negociables Clase XVIII por hasta US$250 millones, en el marco de su programa global de hasta US$500 millones. No obstante, en mayo, tuvo que cancelar la emisión.

Y a esto le siguió la rebaja de la calificación internacional de riesgo crediticio a “CCC”, por parte de Fitch Ratings. Entre los fundamentos, citaron la limitada. posición de liquidez, la falta de acceso a fuentes externas de financiamiento y el aumento en los riesgos de refinanciación en el corto plazo.

Creada en 2015, Aconcagua Energía tiene operaciones en áreas de explotación ubicadas en las provincias de Río Negro, Neuquén y Mendoza. Actualmente, opera un total de 14 concesiones hidrocarburíferas en el país. De acuerdo con su balance financiero, en el primer trimestre del año, la producción de hidrocarburos neta alcanzó los 453.733 barriles de petróleo y 2 millones de metros cúbicos de gas, lo que representa una disminución del 12% en la producción de petróleo y del 96% en la de gas, en comparación con el mismo período del año 2024.

“La caída en la producción de petróleo se atribuye principalmente al declive natural de los yacimientos convencionales. En cuanto al gas, la reducción está asociada al acuerdo de cesión de reservas suscrito con la empresa Vista Argentina en diciembre de 2024, lo cual impactó directamente en los volúmenes disponibles. Adicionalmente, la declinación en la producción también estuvo influenciada por el proceso de reorganización de inversiones llevado a cabo durante las gestiones relacionadas con la extensión por 10 años de las concesiones en la provincia de Río Negro. Dichas concesiones fueron prorrogadas hasta el año 2036, por lo que Aconcagua Energía se encuentra desarrollando su portafolio de proyectos a ejecutar en dicha provincia”, detallaron en el reporte publicado a mediados de mayo.

Según el documento, durante este período, la relación de ventas fue de 72% en el mercado interno y 28% en el externo. En el mercado interno, el volumen de venta de petróleo se distribuyó entre las principales compañías refinadoras de Argentina, como YPF, Trafigura, Raizen, entre otras.

Aconcagua Energía no es un caso aislado. En los últimos meses, varias compañías de peso en distintos sectores comenzaron procesos de reestructuración o refinanciación ante la imposibilidad de hacer frente a sus compromisos financieros.

Uno de los casos más resonantes fue el de Los Grobo, el grupo agroindustrial fundado por Gustavo Grobocopatel, que en diciembre anunció el incumplimiento de un pagaré por US$100.000 -lo que para gente del sector era solo la punta del iceberg- En un comunicado enviado a la CNV, la firma argumentó que la sequía histórica y las restricciones macroeconómicas habían alterado su ecuación financiera.

En el sector energético, el grupo Albanesi, controladora de Generación Mediterránea y de Central Térmica Roca, también inició un proceso de reperfilamiento de pasivos. En mayo, anunció la postergación del pago de intereses correspondientes a una de sus obligaciones negociables en dólares, mientras avanza en negociaciones para extender plazos y mejorar condiciones. Y tras el incumplimiento, cayó en junio en default.

Celulosa Argentina inició un proceso de restauración de deudaHernan Zenteno – La Nacion

En la industria química, Surcos, fabricante de fitosanitarios y productos para el agro, ya en diciembre había anunciado que no podía pagar US$3,5 millones y más de 9300 millones de pesos.

Por su parte, Celulosa Argentina, dedicada a la producción de papel y derivados, también reconoció dificultades para afrontar sus compromisos financieros. La empresa está atravesando un proceso de revisión de su estructura de deuda, en un escenario de caída de consumo interno y mayores costos de producción.


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