Hay una luz de esperanza. Después de varios días de enorme incertidumbre, llegó una señal clave sobre el estado de salud de Alejandra ‘Locomotora’ Oliveras, quien permanece internada desde hace casi dos semanas en el Hospital José María Cullen, en Santa Fe, luego de haber sufrido un ACV isquémico.
La excampeona mundial de boxeo, que lucha una vez más fuera del ring, abrió los ojos y comenzó a responder a estímulos. Sin dudas uno de los gestos que más se esperaban para la Locomotora, que arroja un manto de esperanza sobre su recuperación y que alimenta toda una ilusión.
Así lo comunicaron desde la institución médica este sábado, a través de un parte firmado por el jefe del hospital, Bruno Moroni. Y aunque el pronóstico de la Locomotora sigue siendo reservado, el primer paso hacia una posible recuperación parece haber comenzado.
Según el informe, “la paciente Oliveras Alejandra, de 47 años, cursa el décimo segundo día de internación en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital ‘Dr. José María Cullen’, donde ingresó por un accidente cerebrovascular isquémico”. Cabe recordar que Alejandra ingresó al centro médico el pasado 14 de julio, y desde entonces su pronóstico ha sido tan reservado como preocupante.
QUÉ DICE EL ÚLTIMO PARTE MÉDICO DE LA LOCOMOTORA OLIVERAS
En ese mismo parte, el profesional médico explicó que “desde el punto de vista clínico, evoluciona hemodinámicamente estable. Respecto a la evolución neurológica, mantiene períodos de respuesta motora y apertura ocular, tanto espontánea como a la orden”.
El dato que más alivia en medio de tanta tensión es que los médicos ya iniciaron el proceso de retiro paulatino de la asistencia respiratoria mecánica. “Debido a esta estabilidad, tanto clínica como neurológica, se ha iniciado el proceso de desvinculación de la asistencia respiratoria mecánica en forma paulatina, con períodos de respiración espontánea”, detallaron sobre Oliveras.
A pesar de estas mejoras, el parte de la Locomotora deja en claro que no hay lugar para la relajación: “Continúa bajo seguimiento permanente por parte del equipo de la Unidad de Terapia Intensiva. Su pronóstico continúa siendo reservado”.
Con apenas 47 años, Oliveras vuelve a dar pelea. Esta vez, la más difícil. La mujer que se forjó a base de golpes y resiliencia, que se convirtió en campeona mundial en cinco categorías distintas, ahora enfrenta una nueva batalla. Y lo hace como siempre: con coraje, con determinación, y sin rendirse.