InicioDeportesLos distintos tipos de memoria que tenemos y cómo fortalecer cada una

Los distintos tipos de memoria que tenemos y cómo fortalecer cada una

En un mundo cada vez más dominado por la tecnología y el sedentarismo, es crucial no solo cuidar el cuerpo, sino también la mente. La memoria, como cualquier músculo, necesita ejercicio regular para mantenerse en forma. Según Pedro López, director de “Liceum, Gimnasios para la mente”, es fundamental dedicar entre 15 y 30 minutos al día a actividades que mantengan nuestra agilidad mental.

Existen tres tipos de memoria esenciales que podemos trabajar: memoria inmediata, a corto plazo y a largo plazo. Cada una tiene funciones específicas en nuestro día a día, y su entrenamiento puede mejorar tanto nuestra concentración como nuestra capacidad para retener y recordar información relevante.

Existen tres tipos de memoria esenciales que podemos trabajar: memoria inmediata, a corto plazo y a largo plazo (imagen ilustrativa)Foto: Pixabay
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Actividades diarias para fortalecer la memoria

Entrenar la memoria no requiere herramientas complicadas ni largas horas de trabajo, y aunque los ejercicios son brindados mayoritariamente a las personas adultas, cada vez más jóvenes comienzan a incursionar en estas prácticas para mejorar sus condiciones cognitivas diarias.

López enfatiza que actividades simples como sopas de letras, crucigramas o juegos de mesa como el ajedrez son formas divertidas y efectivas de mantener nuestra mente activa. Además, hablar por teléfono o realizar videollamadas también puede ser muy útil, especialmente para las personas mayores, ya que fomenta el uso de la memoria emocional y social.

Jugar al ajedrez, armar rompecabezas y llenar sopas de letras, son ejercicios muy efectivos para el cuidado de nuestra memoria (imagen ilustrativa)Foto: Pixabay

En conclusión, dedicar unos minutos al día a ejercicios de memoria puede marcar una gran diferencia en nuestra capacidad cognitiva y en nuestra calidad de vida a largo plazo. La clave está en encontrar las actividades que más se adapten a nosotros y mantener un compromiso constante con nuestro bienestar mental. Como señala López, “al entrenar la memoria, obligamos a nuestra mente a trabajar, desechando lo innecesario y guardando lo que realmente es valioso para nosotros”.

LA NACION

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