Después de la fuga de presos en Liniers, que provocó el cambio de la cúpula de la Policía de la Ciudad, la Justicia determinó investigar a todos los efectivos de la fuerza porteña que están a cargo del cuidado de los presos.
Según pudo saber Clarín, la investigación no afecta a toda la estructura de la Policía de la Ciudad pero sí recae sobre todos los agentes vinculados a alcaidías.
Esta tarde, en las oficinas del Ministerio de Seguridad porteño, se realizaban reuniones con superintendentes y subsecretarios para delinear los pasos a seguir, luego de que el ministro Waldo Wolff anunciara la expulsión del jefe y subjefe.
Las remociones se resolvieron horas después de que se conociera la fuga de 17 presos de una comisaría de Liniers, tras hacer un boquete en una pared. El escape se concretó desde uno de los patios internos de la Alcaidía Comunal 9, en la calle Gana 430, debajo de la autopista Perito Moreno.
Este lunes, Wolff encabezó una conferencia de prensa donde fue categórico respecto a la fuga de delincuentes, la número 15 en lo que va del año. Cuando se le consultó por las causas afirmó: «Es connivencia o negligencia y no lo vamos a aceptar».
«Vamos a ser implacables cuando ocurran cosas así -remarcó el ministro-. A nadie le importan hoy las excusas edilicias. A nadie. Sabemos que las hay, las tenemos, las heredamos y nos hacemos cargo. Nosotros tenemos la obligación, mientras se resuelven esas responsabilidades edilicias, de tener un equipo que no cometa errores».
Según información a la accedió Clarín, los detenidos que se fugaron estaban alojados en dos pabellones, el C y el D. Se supo también que la perforación tiene unos 30 centímetros de diámetro. Allí también se halló un hierro del tipo punta, de aproximadamente 20 centímetros.
Las paredes de la dependencia son de ladrillo hueco, y están en sectores a los que los internos acceden, por ejemplo, para colgar su ropa. Se cree que como había colgadas sabanas y colchones, eso dificultó la visión de las cámaras de monitoreo.
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A partir de la fuga de los 17 detenidos en una comisaría de Lanús, Jorge Macri resolvió la remoción de la actual cúpula policial: el jefe y subjefe de la fuerza, Pablo Kisch y Jorge Azzolina, serán reemplazados por los Comisarios generales Diego Casaló y Carla Mangiameli respectivamente.
Casaló, de 51 años, es técnico Jurídico Superior Especializado en Ciencias Políticas – Orientación Seguridad. Desde 2017 a 2023 prestó servicio en el Comando de Control y Emergencias y a partir de 2024 en Superintendencia Pacificación de Barrios.
Antes de recalar en la Policía de la Ciudad formó parte de la Policía Metropolitana como Comisionado Mayor. Su carrera en las fuerzas de seguridad comenzó en 1993 en la Policía Bonaerense donde alcanzó el rango de subcomisario antes de pedir la baja voluntaria.
En tanto Mangiamelli tiene 48 años es abogada (UAI) y cursó las diplomaturas en Género y Gestión Institucional (INDAE); y en Empleo Público Civil, Fuerzas Policiales y Responsabilidad Funcionarios Públicos, Federal y Local. (PGCABA)
Desde 2017 hasta 2023 se desempeñó en áreas dependientes de la Superintendencia de Control de Conducta Profesional. A partir de 2024 se convirtió en Directora de la Dirección Desempeño Profesional.
Su carrera en las fuerzas comenzó en la Policía de Santa Fe en 1997 donde alcanzó el grado de Oficial Auxiliar. Luego prosiguió en la Policía Metropolitana donde fue subcomisionado antes de pasar a la Policía de la Ciudad.